Época de reflexión de darnos cuenta de nuestros aciertos y desaciertos, sueños logrados, fe y esperanza, los villancicos y música navideña, que tocan las fibras más sensibles de nuestra alma, haciéndonos vibrar de emoción.
Es la época de recordar que todos somos hermanos.
Aprovecha esta Navidad para perdonar a quienes te hirieron y comienza el año con tu corazón lleno de amor.
Comparte tu alegría y tu cena con quién se encuentre solo, que no tenga familia, o que se encuentre triste.
El invitado puede representar la figura de Jesús.
Y así podremos recibir la bendición de un Nuevo Año.