El placer que da el trabajo pone en olvido a la fatiga.
Este primero de mayo solo celebro mi desempleo.
Con tantas crisis económicas el día del trabajo es algo endémico.
El trabajo endulza la vida, pero no a todos nos gustan los dulces.
La necesidad nos hace gritar: ¡Trabajo!.
¡Ten coraje, Trabajador! ¡Levantaos!
Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa.
Es preferible desgastarse que oxidarse.
Los derechos laborales hacen que todo sea fácil; pero en conseguirlos esta lo difícil.
El día del trabajo no es más que el hábito de gritar cuando no hay nada que hacer.
Este primero de mayo solo celebro mi desempleo.
Con tantas crisis económicas el día del trabajo es algo endémico.
El trabajo endulza la vida, pero no a todos nos gustan los dulces.
La necesidad nos hace gritar: ¡Trabajo!.
¡Ten coraje, Trabajador! ¡Levantaos!
Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa.
Es preferible desgastarse que oxidarse.
Los derechos laborales hacen que todo sea fácil; pero en conseguirlos esta lo difícil.
El día del trabajo no es más que el hábito de gritar cuando no hay nada que hacer.