Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás.
La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos.
El éxito y el fracaso depende de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas.
La sabiduría es como una flecha. La mente serena es el arco que la dispara.
Para tener sabiduría es necesario tener fuerza interior. Sin un desarrollo interno, podemos perder la confianza en nosotros mismos y el valor.
Lo imposible puede ser posible con fuerza de voluntad.
El verdadero practicante debe ser un soldado que combate incesantemente contra sus enemigos interiores.
La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos.
El éxito y el fracaso depende de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas.
La sabiduría es como una flecha. La mente serena es el arco que la dispara.
Para tener sabiduría es necesario tener fuerza interior. Sin un desarrollo interno, podemos perder la confianza en nosotros mismos y el valor.
Lo imposible puede ser posible con fuerza de voluntad.
El verdadero practicante debe ser un soldado que combate incesantemente contra sus enemigos interiores.