Los racistas son tan inseguros de sí mismos, que necesitan demostrarse que son superiores a algo.
El racismo es la ignorancia de lo diferente.
El racismo es como juzgar el valor de un libro por su portada.
Carta de un hombre negro a un hombre blanco: cuando naces eres rosa, cuando estas enfermo eres amarillo, cuando te enfadas eres rojo. ¿y tu aún te atreves a llamarme hombre de color?
Lo único que nos hace diferentes es que los negros tienen una vida más dura por el simple color de su piel.
El racismo es como juzgar un libro por el color de sus hojas.
Nadie nace racista, pero un niño tiene muchas posibilidades de serlo, si nace en un entorno que propicie el racismo y el odio al diferente.
Lo que se debate, de hecho, no es la diversidad de razas si no la diversidad de culturas.
La violencia seguirá existiendo mientras el color de la piel importe más que el de los ojos.
Nuestras pieles serán diferentes pero nuestros corazones son iguales.
No importa si eres negro o blanco lo que importa es lo de adentro del corazón.
El racismo es como juzgar el valor de un libro por su portada.
Nadie puede hacerte inferior sin tu consentimiento.
El racismo sólo es el temor a la igualdad de derechos.
Esta claro que no somos todos iguales, pero seguramente no habríamos llegado hasta aquí los unos sin los otros.
El racismo es la respuesta del hombre ante lo desconocido, lo odiado o lo envidiado.
El racismo no es más que la soberbia de un ser evidentemente inferior.
Un tonto se preocupa en averiguar quienes son racistas, el sabio se preocupa de expandir la idea de la igualdad racial y social.